domingo, 9 de febrero de 2020

RUTA FUENTA CAPUTA
MULA - MURCIA
4 de febrero de 2020

BREVE COMENTARIO SOBRE LA RUTA.
Iniciamos la ruta desde el Abrevadero de la Fuente del Capitán. Por la vía del Cordel de la Huerta llegamos a ver a la derecha, a lo lejos y desde lo alto, el Embalse de La Cierva. En un grupo de casas en ruinas tomamos un tentempié. Aquí nos adentramos en la Rambla Perea, con abundante vegetación, pozas de agua y riachuelos. Hay una escabrosa pared con cabos de escalada colgando. Por una senda forestal cruzamos un pinar. Seguimos por un sendero en subida y por una carretera llegamos al acueducto del Taibilla (el guardián del lago de Fuente Caputa). Pasamos por un dificultoso camino rocoso con la ayuda de unos cables anclados a la pared izquierda y siguiendo el sendero llegamos al punto de partida.

IMÁGENES CAPTURADAS DURANTE EL RECORRIDO DE ESTA RUTA.
UNA MAGNÍFICA COLECCIÓN DE MARIO, AGUSTÍN, DOROTEO, MARÍA Y PACO.

MARIO

AGUSTÍN

DOROTEO

MARÍA

PACO

RECORRIDO Y PERFIL DE LA RUTA.



COMENTARIO COMPETO DE LA RUTA FUENTE CAPUTA
El comentario es una aportación de los compañeros, Paco García y los del Grupo de Flora y Fauna. Nos lo leen, durante el descanso-refrigerio que hacemos a mitad del recorrido los compañeros Paco Torroglosa el de la Ruta y Josefina el de Flora y Fauna.

Fuente Caputa es un paraje singular ubicado en una zona húmeda al norte del Embalse de la Cierva, en la Sierra de Yéchar, recorrida por un manantial que alimenta a la Rambla Perea y que llega hasta el río Mula, dentro del término municipal de esta población. Se trata de una emulsión de agua que sale de la tierra por diversos puntos, siendo cuanto menos asombroso en estas áridas tierras. Esta emulsión de agua se sucede durante todo el año y su caudal va aumentando a lo largo de su recorrido entre las estribaciones montañosas de Loma de Herrero y Cejo Cortado, formando pequeñas cascadas y creando pozas de agua en un entorno natural muy atractivo paisajísticamente, donde se localiza un abrigo con pinturas rupestres pertenecientes al arte naturalista levantino. Los yacimientos, los restos de un complejo termal y una presa, se puede contemplar junto al manantial de Fuente Caputa, también llamado los Charcones de Caputa.
Fueron los romanos los primeros en dar nombre a este lugar tan bello, basándose precisamente en las fuentes de agua, ya que caput (cabeza) y acqua (agua), derivan en caputa, "cabeza del agua". En este pequeño oasis, junto a la Sierra de Ricote y a poco más de 10 kilómetros de Mula, se conservan dos yacimientos romanos, relacionados con el uso del agua, que documentan un importante poblamiento de esta zona durante el Imperio Romano.
El recorrido por Fuente Caputa es uno de los mejores ejemplos, junto con la Solana de la Pedrera en Jumilla, en el que se conjuga el disfrute de un rico entorno natural con la contemplación del patrimonio arqueológico.
Los restos arqueológicos asociados a lo que debió ser una villa se encuentran en el paraje conocido como Abrevadero de la Fuente del Capitán. En un pequeño promontorio, en la margen izquierda de la carretera (a su derecha queda el manantial de Fuente Caputa), se conservan algunos restos de muros, junto con abundante cerámica romana en superficie de la época altoimperial.
Hace unos años se documentó el impluvium central de una villa (un espacio situado en el centro del patio en torno al cual se articulaban las diferentes estancias de la villa y al cual iba a parar el agua de lluvia recogida en el tejado de la casa) y el hypocaustum (sala en la que se realizaba la combustión de leña y que proporcionaba calor a termas o, en ocasiones, a sistemas de calefacción de las villas romanas). Además, en unos trabajos agrícolas, un tractor sacó una bañera, lo que documenta la existencia de un pequeño establecimiento termal, bien asociado a la villa y a la Fuente Caputa.
La presa romana se encuentra a poco más de dos kilómetros de Fuente Caputa, al final del antiguo camino que une el Ardal con Caputa y que se prolonga por Yéchar hasta el Río Segura, en Archena. Es un gran muro, formado por piedras cimentadas, de medianas dimensiones y trabadas con cal y argamasa. Una esquina del muro está construida en ladrillo; de ella parten dos pequeñas acequias: una llega hasta la villa de Caputa y la otra hacia el Este, habiéndose perdido hoy en día su trazado.
Cuando te adentras por la rambla llegas al acueducto del Taibilla, bien visible en lo alto y con una gran roca junto a uno de sus pilares. Junto al acueducto podemos contemplar una gran poza con chorros de agua. Antes de llegar a la poza hay que salvar un escalón donde un cable de acero ayuda a mantener el equilibrio si fuera necesario.
También existe otro escalón rocoso en la llamada Cascada del Chacón y al igual que el anterior asegurado con cables de acero.
La presa, de pequeñas dimensiones y construida en un pequeño desnivel del terreno, almacenaría agua seguramente para el riego de las tierras circundantes; las dos acequias que, como mínimo, parten de esta presa servirían para abastecer de agua los establecimientos rurales próximos, entre ellos la villa de Fuente Caputa.
Fuente Caputa es un lugar muy visitado por aficionados al senderismo u otras actividades al aire libre como el parapente, además de por excursionistas locales que tienen en sus pozas un lugar ideal para refrescarse durante el verano.
También es el aguadero donde el ganado trashumante, que transita por la Cañada Real de Calasparra, puede abrevar. La cañada y su abrevadero forman parte de la extensa red de vías pecuarias que existe en nuestro país desde tiempo inmemorial y que se definen como "las rutas o itinerarios por donde discurre o ha venido discurriendo tradicionalmente el tránsito ganadero".


FLORA Y FAUNA:
La densa vegetación de Fuente Caputa es llamativa frente a algunos parajes algo menos densos en lo vegetal y que se encuentran en la misma comarca.
Por un lado podemos observar grandes formaciones de una conífera muy bien adaptada como es el pino carrasco, y bajo las zonas arboladas se extienden los bosques bajos mediterráneos típicos de tomillo, romero, sabina negra, esparto, jara, acebuche o coscoja y el almez, un árbol caducifolio, es decir, que pierde sus hojas cada año y puede llegar a medir 20 o 25 metros de altura, de tronco recto y corteza gris y lisa semejante a la del ficus o el haya.
Y por otro lado, en las áreas de rambla, apreciamos especies propias de tierras irrigadas como la adelfa, los carrizos, los juncos, los tarays o incluso especies silvestres poco comunes como la zarzamora.
Rica es también la fauna del lugar. Se pueden divisar diversas especies de lagartijas colilargas, lagartos ocelados, y en las pozas barbos, galápagos leprosos, sapos y ranas.
El grupo de las aves es numeroso, siendo su mejor representación especies tan peculiares como el búho real, el águila perdicera, la chova pequirroja o el águila culebrera.
En cuanto a los mamíferos están representados, principalmente, por el jabalí y el zorro.